Here (Aquí) (2024)

Robert Zemeckis recoge el concepto increíblemente tocante y humilde de la novela gráfica original (un maravilloso regalo para cualquier ocasión, si me preguntas), descubrimiento genial para quien lo vea en el formato que sea… Y lo lleva al romanticismo más camp, más desvergonzado, como un montaje-rápido del cine digital antiguo a lo ‘Matrix’ o las ‘Spider-Man’ de Raimi. Si estás dispuesto a comprar el pelucón a cambio de una película que no se parece en nada al cine comercial que se estrena hoy, adelante, vela en salas. Te volará la cabeza seguro.

Robert Zemeckis utilizó un Delorean para contar la historia de una familia, y nos mostró la historia de América a través de la inocente mirada de Forrest Gump. En Here (Aquí), utiliza la novela gráfica de Richard McGuire para contarnos la historia de América, y de su cine, filmando la esquina del salón de una casa suburbana a lo largo del tiempo en un montaje absolutamente prodigioso. Es increíble como logra que la aparatosidad del dispositivo no nos impida desplegar pañuelos ante las genuinas emociones que desprenden Tom Hanks y los demás personajes. De llorar.

Here es el experimento en el que Robert Zemeckis encaja a Tom Hanks y Robin Wright (entre otros actores) en un único plano secuencia fijo para adaptar una igualmente novedosa novela. Todo pasa en el mismo salón de un hogar, incluso cuando no existía ese hogar. Para marcar el paso de los años, la película recurre a la Inteligencia Artificial, que rejuvenece a los actores. Es una suerte de profecía autocumplida de El congreso, en la que Penn vendía sus derechos de imagen para que siguieran haciendo películas con ella de forma digital incluso después de muerta. Here es un película para ojos cinéfilos y entrenados que no son puristas ni tienen prejuicios.